Hace algunos años conocí a un cazador de
asteroides, Tom Gehrels,
profesor de la Universidad de Arizona en Tucson. En colaboración con su equipo,
unos tipos tan sabios como él y de similar desaliño indumentario, ese veterano
cazador de asteroides de origen holandés detectaba cada año, casi 20.000
objetos (muchos de ellos, asteroides sin catalogar) usando el telescopio Spacewatch del observatorio de Kitt
Peak. Unas cuantas charlas con él, acompañadas de unas Budweisers frías, fueron suficientes para que aprendiera cuanto sé
sobre los asteroides, esos pedruscos que revolotean amenazadoramente sobre
nuestras cabezas sin que seamos conscientes de ello.
Cada vez que tomo
un avión me acuerdo de Tom, quien sacó de mi cabeza un hado que asalta a muchos
que tienen que volar: ¿qué probabilidad hay de que un asteroide o un simple
meteorito choque con
un avión comercial?
Sí que la hay, pero muy baja. Veamos. Mi próximo vuelo será a Estados
Unidos, así que calcularé la probabilidad de que un meteorito golpee mi avión
mientras sobrevuelo el país. En Estados Unidos, grosso modo, hay casi 100 millones de vehículos. Cada vehículo, tiene
una superficie media de 10 metros cuadrados, lo que significa que, puestos uno junto
a otro bien apretaditos, cubrirían una superficie equivalente a la octava parte
de la Comunidad de Madrid, unos 1.000 kilómetros cuadrados.
En ningún sitio he encontrado cuál es la superficie de un avión
comercial, así que la he calculado un poco a la cuenta de la vieja, pero
siempre a favor de aumentar la superficie del aparato. Como referencia he
tomado el “superjumbo” de la imagen de arriba. Suponiendo que el avión fuera
un cuadrado perfecto, su superficie sería la calculada multiplicando la longitud
del fuselaje de morro a cola por la envergadura de las alas. En total, unos 6.000
metros cuadrados. Teniendo en cuenta que las alas son estrechas, y que los
aviones gigantes como ese son la excepción y no la norma, debería dividir esa
superficie por seis de donde resultaría que cada avión comercial ocuparía una
superficie de mil metros cuadrados. Pero no quiero ser cicatero y haré mis
cálculos al máximo: todos los aviones del mundo serán artefactos gigantescos (que
por supuesto no lograrían levantar el vuelo) de 6.000 metros cuadrados cada uno
(háganse una idea de lo exagerado de mi cálculo: más de medio campo de fútbol
por avión).
¿Cuántos aviones comerciales hay en el mundo? En julio de 2016, la
flota comercial mundial era de 19.583 aviones de más de cien pasajeros, según
los datos del informe de Airbus Global
Market Forecast for 2016-2035. Bien, ignoro su tamaño y los uniformizo
todos al máximo que he tomado para el “superjumbo” de marras. La superficie
resultante son 117 kilómetros cuadrados, o sea, un factor al menos 100 veces
inferior al de los vehículos terrestres. Solo se conocen tres casos de impactos
de meteoritos contra coches en Estados Unidos durante el siglo XX, de modo que
las probabilidades de que un meteorito golpee el avión en el que me desplazaré
desde Nueva York a Seattle son ridículas. Y observen que he dado por supuesto
que todos los aviones del mundo están sobrevolando al mismo tiempo el espacio
aéreo estadounidense.
En definitiva, una probabilidad tan ridícula como que me tocara el
gordo de la lotería varias veces seguidas teniendo en cuenta que yo noy soy
Carlos Fabra. Eso sí, en el caso de que algún avión sufriera un impacto, sería
más probable que le ocurriera parado que en vuelo, porque los aviones pasan más
tiempo en tierra que volando.