domingo, 12 de marzo de 2017

Hepáticas cazadoras

Lámina con varias hepáticas tomada del clásico de
Ernst Haeckel Kunstformen der Natur (1904).
Si uno menciona la palabra “hepática” la mayoría de la gente se imaginará que les va a hablar del hígado. Sin embargo, si se trata de un naturalista, inmediatamente se sentirá transportado a una pequeña parte del reino vegetal que lleva sobre la faz de la Tierra unos 250 millones de años y ha vivido todos esos años sin evolucionar.
No es mi propósito extenderme ahora en la descripción de una división de plantas terrestres (Marchantiophyta) que alberga alrededor de 9.000 especies que carecen de tejidos vasculares, lo que quiere decir que, como no pueden tomar agua del suelo porque no tienen raíces, están obligadas a vivir en lugares muy húmedos y sombríos como el interior de los bosques o las rocas y balantes rezumantes. Para los amantes de las curiosidades, el nombre de hepáticas alude a que algunas especies, como esa Marchantia que les dejo en la fotografía, tienen forma de hígado, lo que llevó a que en medicina popular se le considerase como un buen remedio para curar enfermedades hepáticas. No las use: vaya al médico. Para los más interesados, en este enlace encontrarán una excelente descripción.
Talo de una Marchantia.
Mi intención es contarles algo que me fascina desde que leí hace años un artículo que guardé para cuando tuviera tiempo de profundizar en el tema. La casualidad me ha llevado a toparme con él una tarde de ocio. Lo que llamó mi intención es que, entre esas plantas delicadas, las mayores de la cuales apenas alcanzan los dos centímetros, hay algunas que son capaces de cazar animales. He buscado en todos los libros de texto a mi alcance y no he encontrado dato alguno, así que mi breve narración me parece interesante.
Pleurozia purpurea. Foto.
Hasta el momento se han descrito dos especies de hepáticas cazadoras: Colura zoophaga, que es nativa de las tierras altas de África, y Pleurozia purpurea, que tiene una distribución mucho más amplia en todas las turberas del mundo, incluida España. Pleurozia es el único género de hepáticas perteneciente a la familia Pleuroziaceae, del orden Jungermanniales. En la hoja inferior de las once especies conocidas de Pleurozia los lóbulos se fusionan, formando un saco cerrado cubierto por una tapa móvil similar en estructura a los de las angiospermas del género Utricularia. Siempre se ha supuesto que estos sacos jugaban un papel en el almacenamiento de agua, pero en este estudio sobre Pleurozia purpurea se demostró que los sacos atraen y atrapan protozoos de la especie Blepharisma americana (Ciliata), de la misma manera que hace Utricularia. Las observaciones de las plantas in situ también revelaron un gran número de presas atrapado dentro de los sacos, lo que sugiere que las especies de este género obtienen algún beneficio de su hábito carnívoro. Después del descubrimiento realizado en Colura, este es el segundo informe de zoofagia entre las hepáticas.
Foto
Las trampas son increíblemente pequeñas y probablemente derivadas de los órganos de almacenamiento de agua. Lo que es diferente en estas trampas es que, a diferencia de los sacos normales, que se abren hacia afuera, los sacos-trampa tienen una tapa móvil que sólo se abre hacia adentro. Los investigadores que trabajaron en ambos casos demostraron que los protozoos se sentían atraídos hacia el interior de los sacos mediante algún mecanismo desconocido. A pesar de encontrar protozoos muertos, hasta el momento no se han encontrado enzimas digestivos en el interior de los sacos. Los investigadores piensan que esta forma de zoofagia consiste en una simbiosis con bacterias. Los animalitos capturados serían degradados por comunidades bacterianas, cuyos productos digeridos servirían de alimento a las hepáticas. ©Manuel Peinado Lorca