Es la eterna pregunta que se hacen los dueños de
los perros: ¿Entiende lo que le estoy diciendo? Aunque “Kira” no logre entender
del todo sus palabras, seguro que entiende perfectamente el tono de sus
exclamaciones cuando ha dejado un “regalito” sólido o líquido sobre la
alfombra. Esa es la opinión más lógica y común entre los dueños de mascotas.
Pero un nuevo estudio demuestra que los cerebros de los perros responden a las
palabras y no sólo a la entonación. La cosa no ha hecho más que empezar, pero
es más que probable que este estudio, además de lograr que los dueños de
cánidos tiren cohetes, remueva la investigación sobre los orígenes del
lenguaje, porque muestra que los aspectos básicos de la percepción humana del habla
se pueden compartir con parientes evolutivamente muy alejados.
Las palabras, que son los elementos básicos con
los que se construye el lenguaje humano, son muy raras en otras especies. Los
delfines del género Tursiops,
conocidos como delfines nariz de botella, y los periquitos verdes (Forpus passerinus) utilizan
sonidos que funcionan como nombres, y otros animales, como las gallinas domésticas,
los perros de las praderas y algunos primates lanzan llamadas de alarma que
pronuncian de forma diferente para identificar a depredadores específicos. Además,
la entonación es otra forma de obtener información que se transmite a través
del habla; por ejemplo, alabanzas y halagos tienden a ser transmitidas con
tonos más altos y variados. Los seres humanos entendemos el habla tanto a
través de la entonación como del vocabulario.
Los perros no articulan palabras, pero se sabe de
algunos que son capaces de reconocer más de mil palabras, un comportamiento que
sugiere que pueden dar significado a los sonidos humanos. Un nuevo estudio titulado
Do dogs process speech in the same ways
that humans do? (¿Procesan el habla
los perros de la misma forma que los humanos?) que publicará en su número
del próximo 2 de septiembre la revista Science,
adelantado por la revista en este vídeo
y que los autores del estudio han difundido en este otro, muestra que son las
palabras mismas, y no el tono en que se pronuncian ni el contexto en el que se
usan, las que producen la comprensión en los canes.
Para averiguar cómo los perros procesan el habla
humana y para saber si los perros dependen de ambos mecanismos (entonación y
vocabulario), los autores del artículo encabezados por Attila Andics,
neurocientífico de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, desarrollaron una
investigación en la que utilizaron escáneres cerebrales y trece perros domésticos
de cuatro razas: collies
de frontera, golden
retrievers, crestados
chinos y pastores alemanes. Los perros habían sido amaestrados para que
permanecieran inmóviles en el escáner mientras escuchaban grabaciones de la voz
de su entrenador. Los perros escucharon palabras con claro significado ("¡bien
hecho!") en un tono agradable y en
un tono neutro. También escucharon palabras carentes de sentido con las mismas
entonaciones.
Cuando los científicos analizaron las imágenes
cerebrales, vieron que, independientemente de la entonación que le diera el
entrenador, los perros procesaban las palabras con significado real en el
hemisferio izquierdo del cerebro, tal y como hacemos los humanos. Pero no lo
hacen con las palabras carentes de sentido. Como no hay justificación acústica
alguna para que hagan esa diferenciación cerebral, se demuestra que las
palabras tienen significado para los perros.
Como hacemos también los humanos, los perros
procesan la entonación en el hemisferio derecho de su cerebro. Sin embargo, cuando
escuchaban palabras de elogio pronunciadas en un tono zalamero, se iluminaba otra parte de su cerebro: la zona de recompensa. El significado y la entonación
se acoplaban entre sí. Al integrar esos dos tipos de información
para interpretar lo que escuchan, los perros hacen exactamente lo que nosotros,
se afirma en el estudio.
Los nuevos resultados se suman al conocimiento
científico de cómo el cerebro canino procesa el habla humana. Los perros tienen
áreas del cerebro dedicadas a la interpretar voces, distinguir sonidos (en el
hemisferio izquierdo), y al análisis de los sonidos que transmiten emociones
(en el hemisferio derecho).
El hallazgo no significa que los perros
entiendan todo lo que decimos, pero esta investigación demuestra que nuestras
palabras y entonaciones tienen sentido para los perros. Ahora habría que
aplicar investigaciones similares en otros animales domésticos o a lobos
criados entre humanos para comprobar cuánta de esa capacidad interpretativa es
innata en los perros y cuánta se debe a haberse criado entre seres humanos parlantes.