Según dos nuevos estudios
dirigidos por la Universidad de California en Irvine (UCI), utilizando datos de satélites GRACE (Gravity Recovery and
Climate Experiment) de la NASA, publicados la semana en la revista Water Resources Research (1, 2),
alrededor de un tercio de las mayores cuencas acuíferas de la Tierra se están
agotando rápidamente por el consumo humano, a pesar de tener pocos datos
precisos sobre la cantidad de agua que queda en ellos, Según los investigadores,
eso significa que segmentos significativos de la población de la Tierra están
consumiendo agua subterránea de forma rápida y sin saber cuándo podrían
agotarse los acuíferos.
Tendencias del almacenamiento de aguas subterráneas para los 37 acuíferos más grandes de la Tierra según un estudio de la Universidad de California en Irvine (UCI) basado en datos del satélite NASA-GRACE (2003-2013), una misión conjunta de los centros alemanes German Aerospace Center y German Research Center for Geosciences, y de la Universidad de Texas en Austin. De ellos, veintiuno han superado los puntos de inflexión de sostenibilidad, de los cuales trece están significativamente sobreexplotados y amenazan con acabar con la seguridad regional de agua y su propia capacidad de recuperación. Fuente UCI/NASA/JPL-Caltech. Una imagen a mayor tamaño puede obtenerse en este enlace. |
«Las mediciones físicas y
químicas disponibles son insuficientes, dice el investigador principal Jay
Famiglietti, profesor de la UCI e investigador del Jet Propulsion Laboratory de
la NASA en Pasadena, California, que continúa diciendo: «Teniendo en cuenta la
rapidez con que estamos consumiendo las reservas de agua subterránea del mundo,
necesitamos un esfuerzo global coordinado para determinar la cantidad que queda».
Los estudios son los primeros en
caracterizar exhaustivamente las pérdidas mundiales de aguas subterráneas con datos
obtenidos mediante imágenes desde el espacio, usando lecturas generadas por los
dos satélites GRACE de la NASA. Ambos satélites gemelos miden los cambios en la gravedad de la
Tierra, que se ven afectados por las masas de agua. En el primer
artículo, los investigadores encontraron que 13 de los 37 acuíferos más
grandes del planeta estudiados entre 2003 y 2013 se están agotando mientras que
reciben poca o ninguna recarga. Ocho fueron clasificados como «sobreexplotados»,
es decir, casi sin reposición natural para compensar el uso. Otros cinco
resultaron ser «extremadamente» o «muy explotados», dependiendo del nivel de
reposición de cada uno. Esos acuíferos siguen agotándose pero mantienen todavía
cierto nivel de recarga.
Los acuíferos más sobrecargados están en zonas más secas del
mundo, donde las poblaciones dependen en gran medida de las aguas subterráneas
y las tensiones socioeconómicas o políticas no permiten adoptar medidas
tendentes a evitar la sobreexplotación.
El equipo de investigación informa que el Sistema Acuífero
de Arabia, una importante fuente de agua para más de 60 millones de personas,
es el más sobreexplotado del mundo. El acuífero de la Cuenca del Indo, en el
noroeste de la India y Pakistán, es el segundo más sobreexplotado, y la Cuenca
del Murzuk-Djado, en el norte de África, es el tercero. Pero el problema no se
ciñe únicamente a los países en desarrollo, porque el acuífero del Gran Valle
Central de California, que se utiliza en gran medida para la agricultura, está
sufriendo un agotamiento muy rápido, pero todavía se considera como
extremadamente explotado según la primera publicación.
En el segundo
artículo, complementario del primero, los científicos concluyen que el reservorio
total de agua subterránea utilizable del mundo es poco conocido, con
estimaciones que a menudo varían ampliamente. El volumen total de agua
subterránea es probablemente mucho menor que las estimaciones rudimentarias
hechas hace décadas. Al comparar las tasas de pérdida de agua subterránea
obtenidas por satélite con los pocos datos existentes sobre la disponibilidad
de las aguas subterráneas, los investigadores encontraron grandes discrepancias
en el «tiempo de agotamiento» proyectado. En el sobreexplotado sistema acuífero
del noroeste del Sahara, por ejemplo, el tiempo de las estimaciones de agotamiento
varió entre 10 y 21.000 años.
«En realidad no sabemos cuánto se almacena en cada uno de
estos acuíferos. Las estimaciones de almacenamiento restante podrían variar de
décadas a milenios», dice Alexandra Richey, primera firmante del artículo. «En
una sociedad con escasez de agua, ya no podemos tolerar este nivel de
incertidumbre, sobre todo porque el agua subterránea está desapareciendo muy
rápidamente».
El estudio señala que la escasez
de agua subterránea ya está causando a un impacto ecológico muy significativo, que
incluye ríos agostados, disminución de la calidad del agua y hundimiento del
terreno. Los acuíferos subterráneos se encuentran normalmente en suelos o en
sustratos rocosos más profundos debajo de la superficie terrestre. La
profundidad y el grosor de muchos grandes acuíferos hacen que sea difícil y
costoso perforarlos o indagar por otros medios la profundidad de los mismos. Pero es imprescindible hacerlo, concluyen
los autores.
Como puede verse en la siguiente figura, nuestra dependencia del agua es extraordinaria.