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sábado, 5 de julio de 2014

Una de hongos: El extraño caso de las atletas chinas

Un paquete de yarsagumbas depositado
sobre la página de Track & Field News en la
que aparece Qu Yunxia batiendo el récord
del mundo de 1500 (Fuente)
Septiembre de 1993. Los cronistas deportivos estaban impresionados. En los juegos nacionales chinos celebrados en Beijing todas las atletas de las carreras de velocidad de 1.500, 3.000 y 10.000 metros habían corrido por debajo de los mejores registros mundiales. Sí, han leído bien: todas las atletas chinas que participaron en esas tres pruebas batieron el récord del mundo. Entre ellas destacaron Wang Junxria, que corrió los 10.000 metros en ¡42 segundos! menos de lo que lo hubiera hecho jamás ninguna otra mujer; no contenta con eso, batió el récord del mundo de 3.000 por dos segundos; su compañera de equipo, Qu Yunxia estableció un nuevo récord del mundo en 1.500. La revista Track & Field News puso el titular: «El gigante despierta».

Enseguida se desató la sospecha acerca del uso de sustancias prohibidas, una sospecha que se incrementó cuando se supo que científicos especializados en medicina deportiva procedentes de la desaparecida Alemania Oriental habían participado en el programa de entrenamiento de las atletas chinas. La entrenadora china, Ma Zuren, salió al quite en una entrevista publicada en Track & Field News: nada de drogas. El secreto estaba en el entrenamiento en altitud y en beber un brebaje tónico y relajante empleado desde hacía milenios por la medicina tradicional china. 

Ejemplar de Ophiocordyceps sinensis (Fuente)
Ni que decir tiene que se desató la búsqueda de la fórmula de aquel brebaje y más aún cuando se supo que que también tenía propiedades afrodisíacas, de manera que enseguida lo bautizaron como la “Viagra del Tibet”. La base orgánica del brebaje era el gusano-hongo, la yarsagumba (Ophiocordyceps sinensis), que crece entre los 3.000 y 4.000 metros de altura en las praderas alpinas de Nepal, India y Bután, y en la meseta tibetana. En realidad, se trata del cuerpo de una larva de la mariposa nocturna Hepialus armoricanus, momificada después de ser invadida por el hongo.

Esa extraña combinación es la causa de que en China el nombre común de la larva-hongo sea dong chon xia cao, lo que literalmente significa “insecto en invierno, hierba en verano”. Según el profesor Carlos Illana, de la Universidad de Alcalá, que se ocupó de la biología y las aplicaciones médicas del hongo parásito, el micelio del hongo se desarrolla a partir de esporas existentes en el suelo. Durante el otoño el micelio infecta a la oruga enterrada e invade su cuerpo. Para crecer, el hongo absorbe todos sus nutrientes del cuerpo de la oruga. Hacia el verano del año siguiente, la infección ha matado a la oruga, después de consumirla por completo pero dejando intacta su piel.

(Fuente)
Mientras tanto, el hongo se transforma en una masa endurecida, el esclerocio, que conserva la forma del cuerpo de la oruga y la empuja dirigiéndola hacia una posición erecta a unos pocos centímetros por debajo de la superficie del suelo, con la cabeza apuntando hacia arriba. Justo antes de que comience el invierno, de la cabeza de la oruga, que permanece enterrada en el suelo, surge una estructura erecta que emerge de la tierra, el estroma, de unos 10 cm de alto, de color azul oscuro a negro que contrasta con el verde de las praderas del Himalaya. Sobre el estroma se localizan los órganos reproductores del hongo, los peritecios, en cuyo interior se desarrollan las esporas que renovarán el ciclo una vez llegado el otoño, cuando comiencen a desarrollarse las larvas subterráneas que emergieron de los huevos enterrados por la mariposa a finales de primavera.

Durante más de quinientos años, el hongo ha sido codiciado en Asia debido a sus propiedades medicinales y afrodisíacas. Los usos terapéuticos de los hongos conocidos genéricamente como Cordyceps en la medicina tradicional china han sido ampliamente investigados en Oriente. Se ha empleado con éxito en estudios con animales y en tratamientos clínicos con personas para tratar trastornos respiratorios, renales, hepáticos y cardiovasculares. «Asegura el buen funcionamiento de muchos órganos y fortalece el sistema inmune. Es un buen regulador del sistema circulatorio, y se utiliza para la impotencia, el dolor de cabeza y para mejorar la producción de sangre y esperma», según Jit Narayan Sah, profesor del Instituto de Estudios Forestales de la Universidad de Tribhuvan (Nepal). Los beneficios de tomar Ophiocordyceps sinensis se encuentran en sus componentes químicos: ácido cordicepídico, ácido glutámico, aminoácidos, poliaminas, D-manitol, esteroles, ácidos orgánicos, nucleósidos, vitaminas del grupo B y hasta veinte minerales. Uno de los nucleósidos es didanosina, que se comercializa con el nombre de Videx®. La didanosina bloquea la enzima transcriptasa inversa y es usada como parte del tratamiento antirretroviral en pacientes con el virus VIH.

Sus propiedades de disminuir la fatiga y aumentar la libido son las que amenazan con extinguir a este raro hongo. Apenas una década después de la hazaña de las atletas chinas, la revista Biological Conservation daba la voz de alarma: la desenfrenada recolección del insecto parasitado por un hongo, que esa era la base orgánica del brebaje, amenazaba con exterminar a ambos organismos. Su estudio, basado en entrevistas a  203 recolectores y 28 comerciantes, cuantificó la cantidad de capturas y el comercio, que se habían constituido en todo un ejemplo de la conocida ley de los “rendimientos decrecientes” (cada vez cuesta más extraer una materia prima cuando la extracción no se regula) después de la legalización del comercio de Nepal en 2001. 

Fuente
A finales de los 90, la comercialización de la especie no contribuía en modo alguno a la economía nacional nepalí, ya que su recolección, uso, transporte y exportación estaban prohibidos por la Ley Forestal de 1993 y su Reglamento de 1995. Cuando, después del éxito de las atletas chinas, el mundo supo de sus propiedades estimulantes y afrodisiacas, comenzaron las presiones para liberalizar la recolección y la comercialización. 

El boom por el ‘Viagra del Himalaya’ comenzó a raíz de la despenalización de su recogida en 2001. Su comercio en bruto, sin tratamiento alguno, aumenta exponencialmente Normalmente un intermediario compra un kilo de yarsagumba por un precio medio de 1,7 millones de rupias (13.200 €) y puede llegar a venderlo por tres millones (23.300 €) en Katmandú. Cuando el codiciado ejemplar llega a Shanghái (China), su precio se pude disparar a 100 dólares (73 €) por gramo, es decir, más caro que el oro.

La investigación de Biological Conservation señalaba que el auge económico de China ha disparado la demanda y situado el mercado global de la yarsagumba entre los 5.000 y 11.000 millones de dólares por año (3.700–8.100 millones de euros). El estudio desvela también que la cosecha se ha reducido en los últimos años en más del 50%. El volumen comercial aumentó hasta alcanzar un máximo de 2.442 kg en 2009, para después caer hasta 1.171 kg en 2011. Como la demanda aumentaba y la oferta disminuía, el precio del mercado local se ha incrementado hasta en un 2300% en los últimos 10 años. Sin embargo, la cosecha media anual se redujo de unas 261 unidades por recolector en 2006 a 126 en 2010. Además, las encuestas realizadas entre los recolectores revelaban  que prácticamente todos ellos (95,1%) pensaban que la disponibilidad de la oruga hongo en los prados alpinos estaba disminuyendo, y el 67% de ellos consideraban que las prácticas de cosecha actuales eran insostenibles.

Fuente
Los investigadores advierten que sin la intervención del gobierno pronto se acabará con esta extraña combinación biológica, lo que traerá consecuencias devastadoras para el ecosistema del Himalaya y la economía local. La disminución de la abundancia del hongo ha incitado a los cosechadores a recolectar todos los hongos que pueden encontrar. Los investigadores encontraron que alrededor del 94% de los hongos recolectados por los lugareños todavía no había alcanzado la madurez reproductiva, que es cuando las esporas se forman y se dispersan en el suelo. Todo un síntoma  que anuncia la desaparición de la especie si las autoridades no adoptan medidas tales como acortar la temporada de cosecha para permitir que haya suficientes hongos maduros capaces de propagar sus esporas, o establecer un sistema de rotación para que los prados tengan la oportunidad de recuperarse después de la compactación y la disgregación de los suelos provocados por el pisoteo y la excavación intensiva de los recolectores.

Además, el hongo realiza un control biológico de las poblaciones de las larvas de mariposas que, de no ejercerse, provocará un aumento de la población de un insecto que, en la fase larvaria de su ciclo de vida, es un temible devorador de pastos. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.