El último domingo de mayo, la prensa se hizo eco de una noticia que entusiasmó a los partidarios de la fractura hidráulica: “Londres abrirá el sur de Inglaterra al ‘fracking’”, decía el titular de El País. La noticia se basaba en un informe del Servicio Geológico Británico (SGB) que sostenía que hay unas “reservas” de entre 2.200 millones y 8.600 millones de barriles de petróleo (Mbl) en una amplia zona del sur de Inglaterra. Aunque la horquilla productiva es muy amplia, la cifra aturde porque 8.600 Mbl, a 159 litros el barril, son 1,3 billones de litros. Ahora bien, despejemos el aturdimiento y analicemos fríamente las cifras.
Empecemos por una coletilla (“aunque solo una parte de esas reservas son extraíbles en la práctica”) que, como el que no quiere la cosa, aparecía a remolque de las tremendas cifras. La primera clave está ahí. Como ocurre con la totalidad de sus espectaculares anuncios, la industria del petróleo y el gas confunde deliberadamente “recursos” y “reservas”. Les pondré un ejemplo. Suponga que un observador evalúa los litros de gasolina que portan los automóviles que en un momento determinado circulan por una autopista. Para hacer sencillos nuestros cálculos, supongamos que son mil vehículos y que los depósitos de los coches pueden contener un máximo de sesenta litros. Si nuestro observador es optimista, calculará al alza y dirá que en se momento circulan por la autopista 60.000 litros de gasolina. Esos son los recursos. Muchos analistas prefieren hablar de "reservas no probadas". Los gabinetes de publicidad de las empresas energéticas suprimen el calificativo y escriben simplemente "reservas".
Supongamos ahora que se detienen los vehículos y se miden los litros que en realidad contienen los depósitos. Entre coches con los depósitos repletos, medio llenos o en las últimas, el optimista observador comprueba que en realidad son 20.000 litros. Esas son las “reservas probadas”. Ahora bien, una cosa es que sean reservas probadas y otra bien distinta que sean “reservas accesibles” a nuestro observador, porque es más que probable que la inmensa mayoría de los propietarios de los vehículos se nieguen a entregarle por las buenas el combustible. Este tendrá que hacer algún que otro esfuerzo persuasivo (o coercitivo) para lograr obtener unos cuantos litros. En el caso de los operadores petrolíferos y gasísticos los "esfuerzos coercitivos" sobre las rocas se llaman perforaciones.
Aunque en realidad la totalidad de las reservas no se podrá saber hasta que, finalizada su vida productiva, el yacimiento haya rendido al máximo, puesto que el informe del SGB se basa en estimaciones sobre el papel, no en investigaciones perforadoras sobre el terreno, la noticia que habla de “reservas” en realidad habla de “recursos” potenciales y no de “reservas probadas”. Intencionadamente o no, al confundir recursos con reservas, la noticia arrancaba con una primera falacia.
Pero seamos generosos y traguémonos la píldora: asumamos que son reservas probadas. Además, aunque la horquilla entre la reserva mínima y la máxima no es moco de pavo, asumamos que hay 8.600 Mbl. ¿Cuántos barriles son realmente accesibles?
Según la propia industria estadounidense, de los yacimientos explotados mediante fracking se extrae un máximo del 13% de las reservas. Según expertos independientes, cuyos análisis se basan en la estadísticas productivas de la propia industria, se puede extraer un máximo del 6,5% de los recursos totales. Ni para unos ni para otros: concedamos un 10% para que nos sean más sencillas las cuentas.
Concediendo que se puedan conseguir diez litros de crudo por cada cien del subsuelo, de los yacimientos de fracking del sur de Inglaterra se podrán extraer como máximo 860 Mbl. Teniendo en cuenta que por cada cuatro barriles de petróleo se gasta un barril en los procesos de extracción, al final obtendrán 645 Mbls. Como en el mundo se consumen al año 32.000 Mbl (2.666 Mbl al mes), el petróleo inglés no da ni para cuatro semanas.
Pero no generalicemos y veamos lo que eso significa para los británicos. En el Reino Unido se consumen unos 2 Mbl diarios, lo que significa que los súbditos de su Graciosa Majestad consumen 730 Mbls al año. De manera, que siendo muy optimistas y como mucho, con lo que saquen después de haber estrujado a tope las rocas del sur de Inglaterra, tendrán para 10 meses de consumo.
El primer ministro conservador, David Cameron, es un acérrimo defensor del fracking y asegura que la extracción de petróleo abaratará la factura energética de las familias británicas. Nos toma por tontos. El argumento no se sostiene porque el combustible extraído del subsuelo británico se pondrá a la venta en los mercados internacionales al mejor postor y los británicos no se verán directamente beneficiados. El contribuyente va a seguir pagando
el barril Brent al precio de mercado, lo saque British Petroleum o lo saque la holandesa Shell.