La junta directiva de Aciep reunida con el ministro (ex) Arias Cañete (Fuente) |
La
Asociación Española de Compañías de Investigación, Exploración y Producción de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterráneo (ACIEP), es una “asociación civil sin ánimo de
lucro” (según sus socios, claro), que según reza su web «tiene como misión principal la representación de los intereses del sector de la exploración y producción de hidrocarburos, en relación a las administraciones públicas y otros organismos e instituciones».
Es decir, Aciep es un lobby y muy efectivo, por cierto, habida cuenta la abducción
que ejerce sobre nuestro Gobierno y los medios de comunicación más influyentes
del país. Sobre los benéficos efectos del trabajo “sin ánimo de lucro” de los
amigos de Aciep, véanse, por ejemplo, los seísmos provocados por la plataforma
Castor, que van a costar a los contribuyentes españoles dos mil millones de
euros.
Entre
los mantras que más repite la gota malaya de Aciep se encuentra el que reza: «En
el subsuelo español hay gas natural suficiente como para abastecernos durante
70 años», independizándonos energéticamente del resto del mundo y
convirtiéndonos de golpe y porrazo en exportadores de hidrocarburos. Los
últimos en hacerlo en las páginas de El País han sido Antonio Martín Pascual, presidente de Aciep (1) y su
secretaria general Margarita Hernando, esta última remachando el clavo de
una delirante cifra lanzada al aire por un reportero poco ducho en aritmética.
Basándose
en el informe Gessal, presentado en marzo de 2013, que sostenía que en España
hay enterrado un volumen de 1.976 miles de millones de metros cúbicos (unos dos
billones) de gas natural extraíble mediante fracking, los lobistas de Aciep anunciaron
que España podría ser un nuevo "Dakota del Norte", en alusión el
estado norteamericano que alberga potentes yacimientos de gas natural (ya en
declive, dicho sea de paso). Como ahora voy a demostrar, la comparación no
resiste el más mínimo análisis.
Mapa del informe ARI en el que puede verse que si España existen reservas, estas se encuentran localizadas en la cuenca vasco cantábrica (Fuente) |
Para
desgracia de Gessal y de Aciep, la Agencia de
Información Energética de Estados Unidos hizo público apenas tres meses después un informe sobre reservas de gas en el mundo elaborado por la consultora internacional ARI, en el que se concluía
que en España hay como mucho 226.000 millones de metros cúbicos técnicamente
recuperables de gas no convencional, algo más de la novena parte del hiperbólico volumen calculado por
Gessal que sirvió para cacarear los “70 años” de la muchachada de Aciep. Ni que
decir tiene que, a pesar de la contundencia del informe ARI, Aciep no se ha
dado por enterada. Vea el informe ARI aquí.
Escena de las serie Breaking Bad, con Walter White (Bryan Cranston) a la derecha (Fuente) |
Cuando
el informe de ARI salió a la luz pública, Enrique Hernández, director de la
firma Gessal, salió al paso para descalificarlo. Gracias a las declaraciones del señor Hernández pudimos conocer lo de siempre: que Gessal había usado
estimaciones de los recursos como método de evaluación: «De hecho, Hernández
destaca un "error" en el trabajo para el Gobierno americano,
consistente en hablar de reservas, cuando para que existan reservas es
necesario haber realizado anteriormente prospecciones, lo que en España no se
ha hecho todavía porque “no existe ningún sondeo”». En definitiva: uno y otros hablan
de recursos y no de reservas probadas, un conocido trile empleado por la
industria para seducir a los incautos del que me ocupé en esta entrada. Como
decía Walter White, el profesor de Química protagonista de Breaking Bad, aunque en Marte haya recursos energéticos incalculables,
a nadie se le ha ocurrido convertir ese planeta en una gasolinera.
Sea
como fuera, los dos billones de recursos (putativos, por supuesto, dado que el
señor Hernández reconoce que no hay sondeos) de gas subieron a los altares de
los interesados, quienes se pusieron rápidamente a echar las cuentas de la
lechera. Puesto que en España había casi dos billones de gas de lutitas
(milagrosamente convertidos en reservas) y nuestro país consume cada año 34.000
millones, teníamos gas para 70 años. Bueno, para 70, no, ¡para más, al menos
para tantos años como los Estados Unidos! (Spain Green Building Council, 2013):
En España al igual que en EE.UU. tenemos reservas de gas natural de esquistos (fracking) para los próximos más de 100 años. Energía abundante, barata y medioambientalmente beneficiosa que nos dará autoabastecimiento y la independencia energética. Incrementará la productividad de la industria y los servicios de la Nación, incrementará el empleo y hará nacer una nueva industria y muchos desarrollos de todo tipo.
¿Les
parece mucho lo apuntado por el Spain Green Building Council? Pues agárrense,
porque en un artículo publicado por El País la semana pasada, el reportero decía que en España hay unas reservas de ¡¡¡2.000 billones de metros cúbicos de gas!! Una astronómica
cifra que la secretaria general de Aciep, la meritada Margarita Hernando, aseguraba, ¡menos mal! que «para los expertos, son estimaciones que habría que probar».
Como traté de explicar en esta entrada, la
eficiencia de recuperación de los campos de gas no convencional es mucho más
baja que la declarada por la industria. Los datos de Perfora, chico, Perfora demuestran que, en realidad,
sólo un 6,5% de los recursos pueden ser recuperados, la mitad aproximadamente
del 13% utilizado a menudo por las empresas y por la siempre optimista Agencia
Internacional de la Energía en sus predicciones de reservas mundiales de gas de
lutitas.
Tengamos
en cuenta el consumo anual de nuestro país y supongamos, que es mucho suponer,
que ese consumo no aumenta en los próximos años y apliquemos los porcentajes de
rendimiento. Con los porcentajes de recuperación siempre optimistas de la
industria (13%), los 1.976 miles de millones de gas de lutitas que supuestamente yacen
debajo de nuestros confiados pies se convierten en 256, los cuales, mire usted
por dónde, coinciden bastante con los que el “poco fiable” informe de ARI
decía. Dividan ustedes por nuestro consumo anual y les saldrá que en el mejor
de los casos tendríamos gas para siete años y medio.
Si
ahora se dejan de los cantos de sirena de la industria y se aplica lo que la
experiencia estadounidense ha demostrado, la recuperación queda en un 6,5%, de
resultas de lo cual tendríamos gas para cuarenta meses. Y si ahora tenemos en
cuenta que por cada cuatro barriles de gas de lutitas producido se consume uno,
concluimos que la producción de diez meses se irá para conseguir una producción
que solamente serviría para paliar el consumo español durante treinta meses en
el mejor de los escenarios.
En
eso se convierten los famosos 70 años pregonados por el trile de Aciep.