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miércoles, 9 de mayo de 2012

Rajoy y Herrera: Las gallinas que entran por las que salen



Buena la ha liado Carlos Herrera con su entrevista a Rajoy en Onda Cero porque para una vez que dice algo –sobre Bankia y el sistema financiero-, a los pocos minutos dimite Rato, se abre la caja de los truenos en el banco madrileño y aparece en la escena Goirigolzarri, “víctima” que fue del sultán Francisco González en el BBVA, el de “la pasión turca” y la presidencia vitalicia, quien descargó con furia y por celos sobre el cuello de su ex Consejero Delegado el alfanje de plomo con el que le cortaron la cabeza en Estambul al eunuco Al-Lubiya, el guardián del harén, cuando se descubrió que tenía intactos y muy desarrollados sus atributos de varón para el contento y disfrute de las concubinas.


Rajoy no es humano, es un autómata que al señor Herrera le llama “Herrera” a palo seco, con exceso confianza, y tiene entre pecho y espalda una grabación que repite como un loro sabelotodo: “no se puede gastar mas de lo que se ingresa, porque en ese caso los mercados no nos prestan y entonces no habrá dinero para nada, incluido el gasto social”. Bueno, don Mariano, eso ya lo hemos oído cientos de veces, pero usted sigue sin dar una rueda de prensa universal, abierta y televisada desde que llegó al poder tras las elecciones del 20-N, y eso le tortura y no se puede aguantar.


Además ¿cómo se le ocurre al Presidente abrir el lunes el melón de Bankia y dejarlo a la intemperie y a la merced de las moscas hasta el viernes?, o hasta que el Gobierno le inyecte los 7.000 milloncitos del ala, y el Gori, Gori de Goirigolzarri desembarque a caballo en las torres inclinadas de la Plaza de Castilla, que están a punto de caerse por el peso de los ladrillos. Dentro de nada el único cliente de Bankia será Rubalcaba. Y por eso andaba ayer el ministro De Guindos vestido de bombero e implorando a impositores  y accionistas que no se lleven la pasta.


Hay que ver la de veces que Carlos Herrera le metió la muleta al manso de Pontevedra en el hocico para que dijera algo sobre todo lo que pasa en España y en el mundo, empezando por Francia. Pero nada, don Mariano se acula en tablas y aprieta el botón del casete que le han colocado en el bolsillo de la chaqueta sus tertulianas de la secretaría de Estado, doña Carmencita y doña Consuelito, y vuelve a repetir una y otra vez: “no se puede gastar más de lo que….”. O sea, como dice Mota “las gallinas que entran por las que salen”, y de ahí no hay quien lo mueva.


Menudo ¡liderazgo! el de Rajoy. El CIS lo colocaba ayer en sexto lugar con un 3,8 de nota en medio de un Gobierno donde nadie ha aprobado los exámenes de mayo y sus ministros y altos cargos del PP viven en un sin vivir por el tancredismo de su líder, del que se dice que lo sacará a punta de capote el campeón Arenas cuando desembarque en Madrid –en septiembre- porque el sevillano quiere volver al Gobierno de ¡España! dado que no es profeta en Andalucía donde  reina pero no gobierna. Y este si que es un gallo de corral y de pelea que sí entra y ya veremos cuales son las gallinas que salen por la misma puerta.


Señor ¡qué cruz! lo de Rajoy, pero si parece alemán. Y mira que es sencillo, porque un día de estos nos lo vamos a llevar Carlos y yo a “echar unas gordas”, o tomar unos albariños con zamburiñas y se le va a pasar el susto que tiene encima desde el 10 de abril cuando los mercados atacaron España y salió huyendo por el garaje del Senado como alma que lleva el diablo. A Rajoy sólo le relaja, como al Sultan turco Abdulmecit, la soledad de su palacio de Topkapi y las sonrisas de sus Tres Gracias, Soraya, Aguirre y Cospedal, ambiciosas y celosas entre ellas, como siempre ocurrió entre las favoritas del Edén.


La cabeza del negro Al-Libiya, separada del cuerpo por el alfanje de plomo, iba moviendo los ojos y sacando la lengua mientras daba botes por la escalera de Topkapi que lleva al embarcadero donde la goleta imperial esperaba a la corte del Sultán para la travesía que los llevaba desde el “Cuerno de oro” hacia el mar de Marmara, las dulces aguas del Bósforo por donde navegaba, alegremente en su popa, el capitán pirata diciendo: “Asia a un lado, al otro Europa y allá en su frente Estambul”. Pues eso, Mariano, tranquilidad que no pasa nada, que nadie nos va a rescatar (no hay dinero para eso) ni a intervenir desde la UE y que la Merkel bastante tiene con Hollande. Y un poco mas de lírica y de épica y deja de una vez por todas ese negro miserere del todo va mal y nada tiene arreglo –“España no tiene dinero para pagar los servicios públicos”, decía sollozando el angelito- porque hace falta otra música, una sonrisa y un ideal. No seas gafe, Mariano, y déjate llevar.


Marcello, en República de las Ideas